Familia Campos Chávez

La familia Campos Chávez formada por el primer matrimonio entre los difuntos Santos Campos y  Graciela Chávez son una de las más importantes de Concepción. Los terrenos donde los descendientes de esta familia radican están localizados mayoritariamente entre el salón Comunal y la salida a San Antonio de la Cueva.

La cepa se ha hecho grande y ya son más de 80 años desde que Santos emigró desde Esparza al distrito de Concepción. Santos es recordado por los vecinos de mayor edad del distrito como un hombre de carácter fuerte. Tanto así que se dice se vio involucrado en un incidente mortal con Neno Granados. Cuentan además que Santos era de padre desconocido, algunos incluso indican que su apellido puedo haber sido Jiménez en lugar de Campos.

Hijos del matrimonio entre Santos y Graciela son Olmán, Juan Luis, German (qepd), Rafael Ángel (Chichilo) y Luz Marina. Los primeros tres se quedaron a vivir en Concepción donde su descendencia se multiplicó. Luz Marina, casada con Franklin Férnandez, vive en Sierpe de Osa y Rafael Ángel se fue a vivir a Grecia hace muchos años. A muy corta edad de los hermanos Campos Chávez, doña Graciela falleció y don Santos se casó en segundas nupcias con Benilda Valverde pero no tuvieron hijos.

Olmán es quizás uno de los miembros más peculiares de la familia Campos Chávez. Una de las actividades que mejor lo caracterizan  fue la casería, actividad que realizaba junto con amigos como Franklin Vargas, Macho Granados y Edgar Solórzano. Los lugares preferidos donde solían cazar eran Parrita, el río San Juan, y la bajura de San Ramón. Las presas preferidas eran tepezcuintle, saíno y danta. En la bajura de San Ramón, cuenta don Olmán, fue dónde habían logrado construir una cabaña a dos horas a pie dentro de la montaña. Los materiales de construcción los iban jalando de a poco, cada vez que decidían ir de caza a este lugar. Asimismo, las bromas entre cazadores no podían faltar como la ocasión que le echaron una piedra a Edgar en un saco y le hicieron creer que era un ayote para hacer miel. Convencido del contenido del saco, le pidieron que lo cargara por entre la montaña y los ríos hasta que en cierto punto le entraron dudas y al ver el contenido estalló en furia.

Hoy en día los descendientes de la familia Campos se han multiplicado y forman una parte importante de la economía y sociedad del distrito concepcioneño.